Informe «Exportaciones españolas de armamento 2002-2011. Cuando la venta de armas es una prioridad política»

En el período 2002-2011, se han exportado aeronaves militares por valor de 3.418 millones de euros (39% del total), buques de guerra por 2.737 millones de euros (31% del total), equipos de formación de imagen o contramedida por valor de 722 millones de euros (8% del total), combustibles y explosivos por 545 millones de euros (6% del total), bombas, cohetes, torpedos y misiles por 531 millones (6% del total), y vehículos todo terreno, carros, blindados, anfibios por 376 millones (4% del total). Las exportaciones de armas cortas y ligeras ascendieron a 93 millones de euros; el material antidisturbios y de seguridad a 747 mil euros; y las armas de caza y deportivas alcanzaron la cifra de 46 millones de euros. Las transferencias españolas de productos y tecnologías de doble uso (civil y militar) ascendieron a 99 millones de euros.

Desde el año 2002, se muestra una clara tendencia al alza en las exportaciones españolas de material de defensa. Ello es resultado de la intensa política gubernamental de apoyo a la exportación y de una interpretación poco exigente por parte de las autoridades españolas de los criterios legales para autorizar la exportación de armas. Prueba de ello es que sólo se han denegado cuatro solicitudes de autorización de exportación de un total de 962, lo que supone el 0,41%. En cuanto al destino de las exportaciones, el 67% de las exportaciones (1.637 millones E) fueron países de la OCDE. Los países de la OTAN recibieron un 43% (1.038 millones E) y los de la UE el 24% (589 millones E). Las exportaciones a países con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) medio y bajo alcanzaron el 5% del total (128 millones de euros), lo que supone el triple que en 2010.

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Las operaciones militares de España en el Exterior

Centro Delàs de Estudios por la Paz (Justícia i Pau)

Desde el año 1989, el ejército español ha participado en más de sesenta operaciones en el exterior. La investigación realiza un estudio desde un punto de vista pacifista y crítico de estas operaciones. Se ha analizado el marco general de las operaciones militares en el exterior y se han analizado en profundidad las intervenciones en Afganistán, Líbano, Somalia y Haití.

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Materiales de Trabajo 44

Materiales de Trabajo 44

Centre d’Estudis per la Pau J.M. Delàs

Abril 2012

Sumario:

– Tambores de guerra en Oriente Próximo

– La expansión de la OTAN en África. Tomàs Gisbert

– AFRICOM y recursos naturales. Pere Ortega

– La presencia extranjera en Somalia. Teresa de Fortuny, Alejandro Pozo y Xavier Bohigas

– ‘MADE IN E.U.’: armas europeas en África. Anna Sánchez

– Un año de revueltas en Siria: un año más de represión al estilo Al Asad. Valentina Saini

– Noticias

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Recortemos el gasto militar, invirtamos en gasto social

Hoy martes, 17 de abril de 2012, centenares de organizaciones de más de 40 países convocan por segundo año consecutivo el Día Mundial de Acción sobre el Gasto Militar (Gdams en sus siglas en inglés).

Esta jornada se celebra el mismo día que el SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute) hace públicos los datos del gasto militar mundial del 2011. Las cifras indican que a pesar del grave contexto de crisis económica en el que nos encontramos, y de los recortes en servicios básicos como la sanidad o la educación, el gasto militar mundial continúa creciendo por 13º año consecutivo (a pesar de que en 2011 tuvo un crecimiento modesto, el 0,3%).

En España, los Presupuestos Generales del Estado para 2012, que acaban de presentarse para ser discutidos en el Congreso, van en esta misma línea: la media de reducción del gasto de los Ministerios es del 17% mientras que el gasto militar se ha reducido menos de un 8%. En cambio, partidas como la de cooperación al desarrollo, se han recortado por encima del 50%. Y se habla de reducir 10.000 millones de euros del gasto sanitario o educativo.

Por todo ello, quince organizaciones del Estado español, se suman al Día Mundial de Acción sobre el Gasto Militar con las siguientes acciones y propuestas:

•Envío de una carta al Presidente del Gobierno y a los portavoces parlamentarios en la que se les pide la reducción del gasto militar para invertirlo en gasto social. La carta, recuerda a los representantes políticos que “priorizar unos gastos u otros es cuestión de voluntad política y, por lo tanto, está en sus manos como representantes de los ciudadanos decidir en qué se gastan sus recursos.”

•Lanzamiento hoy de la web: www.recortemoselgastomilitar.org. En esta página se comparan recortes sociales con gastos militares.

•Ciberacción: recogida de firmas a favor de la reducción del gasto militar (en breve en la misma página web.

* Fundació per la Pau, Justícia i Pau, Bakeola (Centro para la mediación y regulación de conflictos), Centro de Educación e Investigación para la Paz (CEIPAZ), Centre Unesco de Catalunya, Federació Catalana d’ONG per la Pau, Foro de Asociaciones de Educación en Derechos Humanos y por la Paz, Fundación Cultura de Paz, Gernika Gogoratuz, Grup d’Educació per la Pau, Nova, Seminario Galego de Educación para la Paz (SGEP), Servei d’Informació de l’Objecció Fiscal (SIOF), Universitat Internacional de la Pau, WILPF-España (Sección española de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad). El Día Mundial de Acción sobre el Gasto Militar lo promueven a nivel internacional el International Peace Bureau y el Institute for Policy Studies.

Enlaces de interés: Gdams, SIPRI

Carta abierta al futuro Presidente del Gobierno, sobre la crisis económica y el gasto militar

Sabemos que no es un caso específico de España. Los principales países del mundo, encabezados por los Estados Unidos, mantienen una inmensa maquinaria bélica. Si tenemos en cuenta las graves carencias que afectan a la mayoría de los habitantes del planeta, el desarrollo de este desmesurado arsenal constituye un auténtico insulto. Lamentablemente, este modelo se proyecta con fuerza y los países emergentes se esfuerzan en copiar los mismos modelos. Por ello, el incremento del gasto militar, la producción de nuevos sistemas armamentísticos o la adquisición de nuevas armas en el mercado internacional son pautas habituales de muchos países. Hay que recordar que, tal como apuntaba el reciente Informe del SIPRI, el gasto militar mundial, pese a los 4 años de crisis económica, subió en todo el mundo un año más, hasta alcanzar la escandalosa cifra de 1,6 billones de dólares.

Mientras, los Objetivos del Milenio –que nos recuerdan las apremiantes necesidades que deberíamos atender si queremos reducir las amenazas que el hambre, la falta de salud o de educación suponen para la población mundial- siguen incumpliéndose año tras año.

Se trata de una política errónea propiciada por los grandes productores de armamento, que confunde seguridad con militarismo. ¿Cómo se puede aprobar que para hacer frente a supuestas amenazas militares se invierta tanto dinero y para evitar riesgos reales que se llevan la vida de millones de personas aceptemos impasibles que no existen medios?

En el caso español, comprobamos amargamente algunas decisiones de sucesivos gobiernos, que siempre hemos considerado erróneas pero que ahora, además, están impactando gravemente sobre la economía. Se ha decidido participar en grandes proyectos armamentísticos (avión de combate europeo Eurofighter, carros de combate Leopard, etc.), sin valorar si eran realmente necesarios y se correspondían con una visión global y moderna de la seguridad. En cualquier caso, con independencia de su conveniencia, han constituido un desastre financiero.

Dedicar más de 16.000 millones de euros para 2011 al gasto militar –teniendo en cuenta todas las partidas, no solo lo que gestiona el Ministerio de Defensa- nos parece una sinrazón. Las posibles misiones internacionales, argumento habitual para justificar una alta dotación en armas a los ejércitos, no precisan de ese enorme gasto y, en concreto, de la adquisición o fabricación de armas, impuestas por la pertenencia a la OTAN –es increíble que la UE no sea todavía autónoma en materia de seguridad- y que, en buena medida, son propias de conflictos pretéritos.

Cuándo hace 14 meses publicamos en estas mismas páginas el artículo ‘Crisis, gasto militar y desarme’ (El País, 2 de agosto de 2010) queríamos alertar sobre la grave crisis económica y la necesidad de establecer unas prioridades adecuadas a la hora de plantearse recortes del gasto público. Durante estos meses hemos visto como la crisis económica se agudizaba sin que las medidas de austeridad hayan alcanzado al gasto militar.

Pero a la vez hemos sido testigos de dos fenómenos de gran trascendencia.

Por un lado, miles y miles de mujeres y hombres del mundo árabe han dicho “¡Basta!”. Han gritado al mundo que también quieren vivir con dignidad, aspirar a la justicia y disfrutar de la libertad. Han hecho tambalear, y caer en algunos casos, a dictadores que lamentablemente, contaban con el apoyo interesado de buena parte de las democracias occidentales. Con las modernas tecnologías de la información y la comunicación, que permiten la libre expresión y la participación no presencial, los ciudadanos ya no sólo serán contados en las elecciones. Deberán contar también después. Pueden influir y decidir. Y deben hacerlo.

Por otro lado, en España irrumpía con fuerza el movimiento del 15 M, internacionalizado meses después con la movilización del 15 0. Unas movilizaciones surgidas de la disconformidad e indignación de muchas personas ante la degradación de la calidad de vida, la pérdida de capacidad democrática de dirigir la economía y el alejamiento de la política de sus auténticas responsabilidades.

Por cuanto antecede nos parece que proteger el gasto social y dirigir los posibles recortes hacia el gasto militar es una medida que fortalece la democracia, mejora el bienestar y envía a la ciudadanía un mensaje positivo, al priorizar la agenda social en un contexto de crisis aguda.

Sr. Presidente: le agradeceremos que tenga en cuenta estas reflexiones y sugerencias.

Firman este artículo:

Federico Mayor Zaragoza, presidente Fundación Cultura de Paz

Santiago Álvarez Cantalapiedra, director CIP-Ecosocial

Jordi Armadans, director Fundació per la Pau

Alfons Banda, coordinador Comité Interenacional Fundacío per la Pau

Manuel Dios Diz, presidente Seminario Galego de Educación para a Paz (SGEP)

Vicenç Fisas, director Escola de Cultura de Pau de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB)

Rafael Grasa, presidente Instituto Català Internacional per la Pau (ICIP)

Carmen Magallón, vicepresidenta Asociación Española de Investigación para la Paz (AIPAZ)

Manuel Manonelles, director UBUNTU y Fundación Cultura de Paz Barcelona

Vicent Martínez Guzmán, director honorífico Cátedra UNESCO Filosofia Pau Universidad Jaume I de Castelló de la Plana

Xavier Masllorens, presidente Fundació per la Pau

Manuela Mesa, presidenta Asociación Española de Investigación para la Paz (AIPAZ)

Beatriz Molina, directora Instituto de la Paz y los Conflictos Universidad de Granada

Arcadi Oliveres, presidente Justícia i Pau Barcelona Pere Ortega, presidente Federació Catalana d’ONG per la Pau

Gorka Ruiz Santana, presidente Foro Asociaciones de Educación en Derechos Humanos y por la Paz del Pais Vasco

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