La primavera árabe abrió la puerta a que las poblaciones de diversos países aspirasen a un buen gobierno y tanteasen la posibilidad de echar a los regímenes y dictadores que, a menudo con la complicidad de muchos países democráticos, llevaban demasiados años padeciendo.
Las protestas ciudadanas en Siria –inicialmente pacíficas– fueron violentamente reprimidas por el régimen de Baixar al-Assad. Una parte de la oposición optó por la vía armada y, más adelante, la entrada de grupos vinculados a Al Qaeda acabó de complicar la situación.
Desde FundiPau (Fundació per la Pau), una ONG catalana activamente comprometida desde hace 30 años en la construcción de una cultura de paz, la resolución de conflictos y el desarme, queremos compartir las siguientes consideraciones, reflexiones y demandas sobre este conflicto.