En los últimos meses diversos levantamientos populares en el Norte de África, inicialmente en Túnez y luego en Egipto, abrieron las esperanzas de millones de personas en todo el mundo. La llamada Primavera Árabe, protagonizada por las respectivas sociedades civiles, particularmente, por los jóvenes y a través de las redes sociales, de manera pacífica y noviolenta, consiguieron superar décadas de represión, injusticia, desigualdad y pobreza. La revuelta Libia se inspiró en la experiencia tunecina y egipcia, ejemplos destacados de victorias pacíficas sobre regímenes corruptos. Sin embargo, en el caso libio, la crueldad sin fisuras del régimen del coronel Gadafi contra su propio pueblo, derivó en una militarización del conflicto y en una auténtica guerra civil.