Desde el Centro Delàs queremos manifestar nuestra firme condena hacia el ataque que ha sufrido el semanario satírico francés Charlie Hebdo el día 7 de enero, en el que 12 personas -10 trabajadores de Charlie Hebdo y 2 policías- fueron asesinadas a sangre fría, provocando también 11 heridos.
Reiteramos nuestro compromiso con las libertades de prensa y de expresión, a la vez que enviamos nuestras condolencias a las familias y amigos de las víctimas. Tragedias como ésta nos reafirman en nuestro trabajo para denunciar la violencia y el armamentismo, y nos obligan a tomar conciencia del drama social que suponen las agresiones armadas.
Desde el Centro Delàs nos preocupa también el uso de esta masacre para justificar nuevas medidas represivas, recorte de derechos fundamentales y la progresiva militarización de la seguridad pública que desde hace unos años se lleva a cabo no sólo en Francia sino también en buena parte de Europa.
Rechazamos también la xenofobia e islamofobia que recorre Europa y que desde partidos de extrema derecha tanto aquí como en Francia ya ha comenzado a utilizar esta tragedia para criminalizar toda la comunidad musulmana y para exigirle explicaciones por unos actos de los que sólo son responsables sus perpetradores. Islam no es terrorismo, y hoy más que nunca hacemos llegar nuestro apoyo a los hombres y mujeres musulmanas que viven en nuestro territorio.
Así, aprovechamos este comunicado para manifestar nuestra inquietud respecto del escenario político que ahora se desarrolla, y que seguramente conlleve la adopción de «medidas excepcionales» destinadas a reforzar el control y la vigilancia del estado sobre la ciudadanía (la situación de «emergencia política» precipita un marco político ideal para llevar a cabo medidas que de otra manera no sería posible aplicar y que vulneran derechos fundamentales), a las que nos oponemos frontalmente. La «guerra contra el terror» retorna a Estados Unidos y los países de Europa occidental en forma de programas de espionaje masivo contra la población civil y reformas de carácter punitivo que persiguen la protesta o la ascendente militarización de las policías civiles. Tememos que los lamentables sucesos de París puedan ser explotados para persistir en la imposición de un programa político que amenaza las libertades civiles y las garantías democráticas.
No podemos evitar preocuparnos por la «indignación selectiva» de los estados y de los medios de comunicación cuando la violencia política sacude Europa, y la desigual cobertura que reciben, por ejemplo, los frecuentes asesinatos mediante drones armados estadounidenses en Pakistán, Yemen o Somalia. Condenar el ataque a Charlie Hebdo aisladamente, sin hacer patente el drama social que siempre conlleva la violencia política en todo el mundo, puede acabar convirtiéndose en un peligroso ejercicio de eurocentrismo, que alimenta la xenofobia y el racismo. Consideramos imprescindible incidir en el igual derecho de todas las vidas perdidas a ser lloradas y a persistir en la lucha por una sociedad noviolenta aquí, en Francia y donde sea.
Centre Delàs d’Estudis per la Pau