Ante esta espiral de destrucción y crímenes, la creación de organismos internacionales procuraba gestionar y evitar el estallido de conflictos armados. Pero, bajo nuevos parámetros y en nuevos contextos, la guerra continuó muy presente durante la segunda mitad del siglo XX, marcando la política exterior de los Estados. De las guerras clásicas pasamos a la Guerra Fría, a la carrera de armamentos, así como a al multiplicación de conflictos armados internos y genocidios y, acabando el siglo, aparecieron las nuevas intervenciones militares en clave pretendidamente humanitaria.
Mientras tanto, el movimiento por la paz ha pugnado por deslegitimar y rechazar la guerra y los ejércitos, ha reclamado la prevención de los conflictos y ha impulsado el desarme y la desmilitarización.
Después de 100 años de la Primera Guerra Mundial, ¿cómo estamos? ¿Tenemos instrumentos suficientes para poder evitar las guerras o para detenerlas? ¿Qué necesitamos? ¿Qué hacen y qué deberían de hacer la ciudadanía y el movimiento por la paz?
De todo esto hablaremos en la XXI Trobada de Barcelona.