Las grandes obras de arte imbrican en una forma una pluralidad de sentidos y valores estéticos, éticos y políticos dispares. Activan una indagación genuina sobre la existencia humana y los acontecimientos históricos y sociales, creando nuevas figuras de la pensable, lo visible y lo experimentable.
El “Guernica” realizado por Picasso en 1937 es un caso ejemplar de creación artística que integra esas significaciones en un diálogo abierto, crítico y enigmático. Pintado en el contexto de la guerra civil, y encargado por el Gobierno de la República para ser expuesto en el Pabellón español en París, sigue siendo reconocido como un emblema universal de denuncia de la barbarie y de los bombardeos a las poblaciones civiles.