Autor: Alberto Piris
El conflicto que ha protagonizado en el Reino Unido uno de los más destacados magnates mediáticos de alcance internacional, y el revuelo que hace pocos meses causaron en todo el mundo las filtraciones de una organización sin ánimo de lucro que reveló, en sucesivas entregas, la brutal violencia de la guerra en Iraq y la aparente hipocresía de ciertas actividades diplomáticas, son dos fenómenos que obligan a reflexionar sobre lo que ha venido en llamarse el “cuarto poder”, el poder de quienes controlan la información publicada, ya no solo informando sino también configurando la opinión pública.